La autoestima y el autoconcepto son dos términos importantes que definirán gran parte de nuestra conducta presente y futura. Además, están la base de distintos asuntos que tratamos en consulta, la personalidad, el esfuerzo, los trastornos de la alimentación, adicciones, problemas familiares, escolares, laborales, etc. Muchas veces, no nos hemos parado a considerar que opinión tenemos de nosotros mismos. Por otro lado, nuestras autovaloraciones son diferentes en función del campo en el que se trate. Por ejemplo: podemos tener una alta autovaloración acerca de como memorizamos pero no tener confianza en nuestra capacidad para relacionarnos con la gente.
La forma en que nos vemos a nosotros mismos puede ser intervenida en terapia, y modificarse. El ser humano, aún cuando tiene patrones de conducta típicos desde hace muchos años, es flexible y puede cambiar. El autoconcepto es un constructo sobre el que trabajamos para promover el cambio.